Hepatitis A


La hepatitis A es una infección vírica, que se transmite fundamentalmente a través de alimentos o agua contaminados. No produce síntomas graves habitualmente, pero aparece cada cierto tiempo en forma de epidemias, afectando repentinamente a un número elevado de gente, debido normalmente a malas medidas higiénicas en la manipulación de los alimentos: es una de las causas más frecuentes de las infecciones de transmisión alimentaria. De hecho se trata de un virus bastante resistente en el medio y a los métodos de cocción habituales.


Curiosamente en los países con peores condiciones de saneamiento las personas suelen contagiarse durante la infancia (momento en el que produce menos síntomas) de forma que adquieren inmunidad, y es raro que en estas zonas se produzca un brote epidémico.

En raras ocasiones es mortal, pero, como las personas afectadas pueden tardar meses en recuperarse, tiene un impacto económico y social importante.

Se incuba durante unos 14 a 28 días hasta que aparecen los primeros síntomas, período durante el cual se transmite la enfermedad. Produce náuseas, diarrea, molestias abdominales, ictericia… Estos síntomas van desapareciendo a lo largo de las semanas, y su tratamiento consiste en asegurar el equilibrio nutricional e hídrico.

La vacuna está formada por virus inactivados y es inyectable. Una sola dosis es suficiente para producir inmunidad aunque se suelen recomendar dos.

La vacuna es útil también después de la exposición al virus, siempre que se realice dentro de la primera semana.

En España, por su baja incidencia esta vacuna no está incluida en el calendario común, excepto en Cataluña, Ceuta y Melilla (en la figura a continuación, se puede ver la baja incidencia en España y la incidencia superior en Ceuta y Melilla que justifica el uso de la vacuna).


Figura 1: Incidencia declarada de hepatitis A en las CCAA que incluyen la vacunación
en calendario y en España, obtenida de la Revisión del calendario de vacunación de 2016 del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad

Esta vacunación se puede decidir en algunos casos específicos de riesgo, como en el caso de personas que viajen a países con esta enfermedad endémica, personas consumidoras de drogas, o personas con hepatopatías, en las que desarrollar esta enfermedad supondría una complicación importante.

También se puede recomendar en los casos en los que estar contagiado pueda ocasionar consecuencias graves, es decir, en el caso de manipuladores de alimentos, cuidadores en guarderías, personal sanitario...

También se realizan vacunaciones cuando se produce un brote epidémico. Estas vacunaciones se deben realizar rápidamente y con coberturas amplias en la población, para conseguir el resultado de protección.

Puedes encontrar más información sobre hepatitis A en la página de la OMS.




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